En un pequeño rincón de la geografía dominicana, donde el verde de la naturaleza se funde con el azul del cielo, nace una historia de solidaridad que perdura en el tiempo. Blanco Arriba, cuna de esperanza y altruismo, vio florecer en 1992 el nacimiento de su Cruz Roja, un hito que hoy resonaría en la esencia de la Defensa Civil de la comunidad.
La imagen de los fundadores de la Cruz Roja en Blanco Arriba es un testimonio vivo de aquellos pioneros que con valentía y determinación tomaron la iniciativa de brindar asistencia y socorro en momentos de necesidad. Entre ellos, figuras como José A. Vásquez, Félix María, Radame Lara, Jaquelines Villa, Félix Ovalles, Jesús María, Adelso Jaime, Selenia Estrella, Ariel Ynoa, Fredy Infante, Lucrecio Nuñez (Javielito), Rafael Jaime y Antonia Villa, trazaron un camino de solidaridad que aún resuena en los corazones de quienes fueron testigos de su labor.
El año 1992 marca un hito en la historia de Blanco Arriba, pues es el año en que la comunidad se vio enriquecida con la presencia de la Cruz Roja, gracias al arduo trabajo del profesor Tobias Gonzales, quien no solo impartió conocimiento en las aulas, sino que también cultivó en sus alumnos el valor de la ayuda mutua y la solidaridad.
Durante años, este grupo de jóvenes se mantuvo firme, sosteniendo los pilares de la Cruz Roja de Blanco Arriba con el apoyo de la Cruz Roja de Tenares. Sin embargo, como las corrientes del destino a menudo dictan, la distancia y los caminos individuales llevaron a la disolución de este noble esfuerzo. Pero de las cenizas de la Cruz Roja de Blanco Arriba, surgió una nueva llama de esperanza: la Defensa Civil, establecida en 1998, heredera del espíritu solidario y la determinación de aquellos jóvenes visionarios.
La historia de la Cruz Roja en Blanco Arriba trasciende las páginas del tiempo, recordándonos que el altruismo y la compasión son los pilares sobre los cuales se construyen comunidades fuertes y resilientes. El legado de aquellos fundadores perdura en cada acto de bondad y en cada mano tendida hacia el prójimo, recordándonos que, aunque los tiempos cambien, el espíritu de ayuda mutua y solidaridad nunca pasa de moda.
La cruz roja en nuestra comunidad hiso parir la defensa civil quien fue el impulso de este loable proyecto surgió del corazón de jóvenes comprometidos como Lugrecio Nuñez y Ambioris Ynoa, quienes junto a un grupo selecto de almas generosas, guiadas por el noble propósito de servir a los demás, sembraron la semilla de la ayuda humanitaria en su comunidad.
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